NIÑOS INDEPENDIENTES: LA IMPORTANCIA DE NO SALTARSE ETAPAS.

NIÑOS INDEPENDIENTES:
LA IMPORTANCIA DE NO SALTARSE ETAPAS.


Algo que define a la infancia es la dependencia. 
Pretender que un niño pequeño sea independiente es un contrasentido. Los niños entre más pequeños, más dependientes son, forzarlos a pasar hacia una etapa para la cual no han madurado constituye una forma de violencia naturalizada socialmente.

Es común creer que hacemos a un niño "independiente"; dejándolo llorar en la cuna para que aprenda a dormir solo, forzando la retirada del pañal cuando aún no está listo, o cuando no lo cargamos ni consolamos para que aprenda a esperar, un niño necesita jugar y estar con los adultos primarios donde se establezca un vínculo de confianza y seguridad, recibiendo cuidados, atención y afecto.

Todo llega a su tiempo. 
La autonomía del ser humano supone un proceso que se da poco a poco y se consolida en la adultez. El gran problema es que recientemente se ha notado un acelere en las etapas de desarrollo de los niños, donde no se está dispuesto a esperar, pareciera que se requiere acelerar, empujar los procesos para convertir el crecimiento de los niños en algo que no exija tanto tiempo y dedicación.

La figura vinculante principal se constituye en la fuente de seguridad, afecto, contacto, alimentación y protección, es decir en la fuente de sobrevivencia del niño durante los primeros años de vida.

Cuando se reúnen las condiciones necesarias para establecer el vínculo de dependencia aumentan las probabilidades de bienestar y desarrollo saludable en la infancia, es decir que los niños sean dependientes del adulto hasta que adquieren cierta madurez para comenzar a hacer cosas por ellos mismos, pero que surja de una forma orgánica y natural.

Cuando un niño es bien interpretado por su figura principal de apego y es satisfecho en sus necesidades de manera oportuna, sostenida y constante, todas las veces posibles o la mayor parte de las veces, aprende a confiar en que obtendrá lo que necesita, y es esa confianza lo que le permite explorar el mundo y adquirir autonomía. Un niño o niña va conquistando autonomía de manera lenta y progresiva hasta alcanzar la madurez que le permite el desarrollo de la autonomía propia de un adulto.

Lo ideal es observarlos, es importante recordar que dentro de las primeras etapas de desarrollo un niño nunca pide lo que no necesita, respetemos los tiempos y procesos de cada uno y no caigamos en las comparaciones con los demás cada quien tiene sus tiempos y si llegan a tardarse un poquito más eso no quiere decir que no lleguen a los objetivos acordes de la edad.

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