INSOMNIO.



INSOMNIO

El problema del insomnio consiste en tener dificultad para conciliar el sueño, para seguir durmiendo o una combinación de ambas. Como consecuencia, la persona duerme poco o nada durante la noche y probablemente se sienta cansada al amanecer, lo que provoca un bajo desempeño en las actividades del día al estar somnoliento, con falta de energía e irritable.

El insomnio puede ser agudo o crónico. El agudo se caracteriza por su corta duración (días o semanas), el cual es generado por problemas de la vida cotidiana, ya sea estrés laboral, conflictos familiares o personales.

El insomnio crónico tiene una duración de más de un mes provocado por alguna enfermedad que la persona padezca, efecto secundario de algún medicamento, así como por otras sustancias: cafeína, nicotina, etc.

Para evitar en la medida de lo posible que el insomnio se convierta en un problema, es útil:

1. Modificar hábitos de sueño.

Acostarse temprano a una hora fija para acostumbrarse. Lo recomendable es dormir entre
siete u ocho horas, así que también es importante establecer una hora regular para despertar. Procurar no distraerse con la televisión o el celular, ya que estos pueden demorar el sueño.


2. Evitar el alto consumo de café, tabaco y alcohol.

La cafeína es un fuerte estimulante que puede alterar el sueño, se puede encontrar en el café, té, refrescos, entre otros.
Por su parte, en lo que respecta al tabaco, las personas que fuman tardan más en conciliar el sueño y se despiertan más frecuentemente, en comparación con los que no fuman, esto debido a un pequeño síndrome de abstinencia, mientras que, en cuanto al alcohol, la presencia del mismo en la sangre altera el ciclo del sueño y provoca un despertar intermitente o demasiado temprano, de acuerdo a Melgosa (2008).

3. Hacer ejercicio físico.

El sedentarismo, por obvias razones, proporciona poco cansancio físico. El ejercicio intenso o regular, además de ayudar a disminuir el estrés, proporciona bienestar y un sueño profundo y continuo; también eleva la temperatura corporal diurna y rebaja la nocturna, lo cual induce al sueño.

Sin embargo, lo recomendable es realizar la actividad horas antes de acostarse, en lugar de hacerlo inmediatamente antes, ya que no induce al sueño de forma inmediata.

4. Procura cenar temprano.

La actividad digestiva por cenar tarde puede provocar dificultad para dormir, por lo que es recomendable cenar poco y temprano, aproximadamente dos horas antes de acostarse.

Por otro lado, los alimentos fuertes o picantes interceptan el proceso del sueño, hay que procurar cenar ligero.

5. Intentar no dormir.

Mientras más intentos se hagan por quedar dormido, por más esfuerzo y perseverancia, difícilmente se conseguirá.
El sueño es algo natural que no se puede atrapar o generar por uno mismo. El sueño debe llegar de forma natural, por lo que, si se ha intentado por todos los medios quedar dormido sin tener éxito, mejor hacer lo contrario, intentar no dormir. Por ejemplo, poniéndote a leyendo un libro.

6. Buscar ayuda profesional.

Finalmente, si el insomnio persiste por alguna situación en particular siempre será una opción pedir ayuda. De tal manera así se podrá indicar si será suficiente resolverlo con psicoterapia, o bien si se necesitará de apoyo médico.

El encierro que estamos atravesando ha modificado de muchas maneras nuestra rutina y es importante volver a nuestros hábitos de sueño, no solo adultos sino también los niños, esto permitirá que, aunque sigamos en casa desarrollemos trastornos de sueño.



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