OVERTHINKING: PENSAR DEMASIADO.

      

OVERTHINKING: PENSAR DEMASIADO.


Uno de los hábitos más comunes y destructivos que todos tenemos es permitir que algún pensamiento le dé vueltas a nuestra cabeza por tiempo excesivo.

Esta costumbre se llama sobre pensar u overthinking.

La persona que piensa demasiado suele anticiparse a las cosas y plantear escenarios de sucesos que aún no ocurren, razón por la cual siempre está analizando y previendo hasta el grado de llegar a un estrés total y desarrollar problemas como el insomnio, ansiedad y pueden brotar inseguridades que repercutan en varios aspectos de su vida.

Invierte todo su tiempo recordando el pasado, qué ocurrió, qué pudo haber sido distinto o mejor y especulando sobre el futuro.

Hay cierta necesidad de control sobre las situaciones, sobre las personas y sobre uno mismo que derivan en un análisis excesivo de la realidad.

Frecuentemente se sienten tan agobiados por su ritmo de pensamiento y por no poder “desconectar”.

Dentro de los síntomas podemos encontrar que las personas que tienden a pensar en exceso las cosas podemos encontrar que:

1. Experimentan ansiedad.

2. Tiene problemas para concentrarse en las tareas diarias.

3. Tiene problemas de sueño.

4. Su cabeza no para, presentan un cansancio mental.

5. Tiene problemas en las relaciones interpersonales por estar siempre haciendo suposiciones sobre lo que otros piensan.

6. Experimenta poco placer sexual o con la comida.

7. Presentan dificultad para situarse en el presente porque siempre está pensando en futuro.



Una de las principales herramientas para evitarlo es el apoyo psico-terapéutico, aprendiendo a situarse en el aquí y el ahora y tratar de ir, paulatinamente, suprimiendo los pensamientos que agobian.

6 tips para dejar el Overthinking y superar la ansiedad:


1. Aviso de alerta cuando caigas en Overthinking:

Como primera tarea hay que prestar atención a la forma de pensar. Justo en el momento en que uno note que se repite un acontecimiento o un problema en la mente una u otra vez, o te preocupas por cosas que no puedes controlar, hay que respirar, tomar conciencia y reconocer que estos pensamientos no son productivos.

2. Afronta los pensamientos negativos:

Dejarse llevar por ellos es muy fácil. Entonces hay que evitar suponer cosas o hacer conjeturas sobre el desenlace de un problema o la reacción de una persona. El secreto está en aprender a reconocer estos pensamientos para de inmediato sustituirlos por otros agradables y positivos antes de caer en total angustia.

3. Enfocarse en buscar soluciones al problema:

Vivir y sentir la emoción que traen los problemas no es útil, pero buscar soluciones sí.
Se requiere activar la creatividad y recursividad de la mente para buscar soluciones concretas. Evaluar posibles desenlaces de manera objetiva y tranquila.

4. Destinar unos minutos a la reflexión:

Dedicarse a los problemas por largos períodos de tiempo no es productivo; sin embargo, una breve reflexión diaria podría ser muy útil (unos 20 minutos sería lo adecuado). Pensar en diversas alternativas para asumir un problema y considerar las posibles dificultades pueden ayudar mucho.

5. Concentrar la atención en el presente:

Centrar la atención en el hoy, en el aquí, en el ahora. Esto demandará mucha práctica, pero con el tiempo se puede lograr. Es imposible rehacer el ayer o preocuparse por el mañana cuando se está viviendo el presente.

6. Ocuparse:

Decidir dejar de pensar es algo difícil de lograr e incluso erróneo. Cuanto más uno se esfuerza en evitar que una idea o pensamiento esté en la mente, lo más seguro es que siga apareciendo. Lo mejor es ocuparse haciendo alguna actividad; cambiar de ambiente y enfocarse en otra cosa.

Si se identifica que existe un patrón de exceso de análisis de las situaciones, o incluso, han ocurrido problemas interpersonales por el ritmo de pensamiento, es buena idea buscar apoyo y empezar a calmar la mente.



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