EL PORQUÉ LOS NIÑOS REQUIEREN DORMIR TEMPRANO.

En varias ocasiones, dormir a los niños tan tarde les puede llegar a ocasionar ansiedad, dificultades en la atención y concentración, así como una baja en el rendimiento escolar.

La infancia es el periodo en el que el crecimiento es muy veloz, no solamente en cuanto al crecimiento físico, sino también en el desarrollo mental, emocional y reconocimiento de habilidades y capacidades. En esta etapa, el cerebro se encuentra más pendiente de todo lo que sucede alrededor y absorbe una cantidad impresionante de información.

Ir tarde a la cama puede generar consecuencias importantes, por ejemplo:

REDUCCIÓN EN EL CRECIMIENTO: 

Durante la noche se acciona la hormona del crecimiento, por consecuente, mientras menos tiempo duerman los niños, dicha hormona tendrá menos tiempo de acción en su cuerpo.

PROBLEMAS DE CONDUCTA: 

Los niños que duermen menos pueden presentarse decaídos, más irritables, problemas de autocontrol, conductas impulsivas, dificultad para controlar sus emociones.

REDUCCIÓN EN LA CAPACIDAD COGNITIVA: 

Al dormir menos horas de las recomendadas, se altera el ritmo circadiano del organismo, lo cual afecta el adecuado funcionamiento neuronal y la plasticidad cerebral, así mismo se ha demostrado que la falta de sueño puede afectar el desarrollo de funciones cognitivas como la memoria.
Los niños necesitan dormir unas horas concretas.
Cada noche, y a medida que van creciendo, esas horas también van cambiando.

Los recién nacidos (de 0 a 3 meses): 14 a 17 horas cada día.
Bebés (de 4 a 11 meses): 12 a 15 horas.
Niños pequeños (1 a 2 años): 11 a 14 horas.
Niños de 3 a 5 años de edad: 10 a 13 horas.
Niños de 6 a 13 años de edad: de 9 a 11 horas.
Los adolescentes (14 a 17 años): 8 a 10 horas.

También es importante recordar que los papás de los niños que se duermen más temprano también obtienen ciertos beneficios, por ejemplo, un mejor estado de salud mental, menos estrés y se pueden llegar a relajar con mayor facilidad que los padres de niños que se acuestan más tarde.

Al acostar más temprano a los niños, los papás tienen más tiempo libre para dedicarse a sí mismos, relajarse con calma, disfrutar de otras actividades o incluso irse antes a la cama y tener un sueño más efectivo.

Esto también contribuye a fortalecer la relación de pareja, donde existe el tiempo de compartir, platicar o disfrutar de alguna actividad de calidad en pareja.

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